
“Solo se ve lo que se mira y solo se mira lo que se tiene en mente”
Alphonse Bertillon (1853-1914)
La frase de Alphonse Bertillon, me ha permitido abrir muchas “puertas y ventanas” tanto en mi faceta de formadora-docente, como de psicoterapeuta. Es la manera más cercana de expresar lo que opino y creo nos ocurre a los Seres Humanos, con nuestros propios problemas/desequilibrios emocionales.
Miramos a lo que nos rodea, a nosotr@s mism@s, a l@s demás, a nuestras relaciones, a la vida… desde el prisma de nuestros aprendizajes y condicionantes socio-educacionales-culturales en los que hemos crecido y evolucionado. No somos un “yo” exento de carga experiencial y aprendida. Somos en grandísima parte, eso mismo: “Nuestras experiencias y toda la carga de condicionantes con los que nos hemos encontrado a lo largo de nuestra vida y hemos asumido, conscientes o inconscientemente”.
Si nos hemos criado en un ambiente dónde los sucesos traumáticos, los problemas, las enfermedades… se han vivido de una manera: pesimista, depresiva, reiterada en la desgracia…. y los sucesos positivos / alegres no han sido motivo de celebración, ni de importancia… No es muy lógico pedirnos, que de forma natural y sin esfuerzo, miremos a un acontecimiento desagradable de manera saludable para nosotr@s mism@s.
La perspectiva de Género, añade a lo anterior: “al haber crecido en una cultura-sociedad de condicionantes estereotipados de género desde que nacemos; causará en nosotr@s que nos sintamos identificad@s con una manera de ser, actuar, sentir y pensar según seamos niñas o niños, hombres o mujeres; y lo interiorizaremos como parte de nosotr@s mism@s”. Consecuentemente, no va a ser probable, que si vamos en contra de estas interiorizaciones estereotipadas de género, nos encontremos emocional-psicológica y físicamente saludables. Por ej; si creemos que, dejar a la familia para trabajar todo el día, no pasa nada si eres un hombre (incluso eres un buen padre), pero si eres una mujer, la cosa cambia en gran medida… aunque nos digamos que no tienen/no tenemos razón y que eso no es así…. Si no estamos desarraigados de esas creencias irracionales estereotipadas de género… el sentimiento de culpa nos invadirá y el malestar físico y emocional, se manifestara´.
Si pensamos en el hombre: “como cabeza de familia” su consecuente papel será, proteger y sostener económicamente a la familia; y si este mismo hombre se encuentra desempleado, no es de extrañar que sentimientos de frustración, culpabilidad y fracaso como padre-persona se manifiesten y provoquen la sintomatología física y emocional/psicológica correspondiente.
“Creemos en la realidad; hablamos de la realidad; que esto o lo otro, es lo que realmente ha ocurrido… y ¿Es realmente la realidad? o ¿Es nuestra realidad? y ¿Esa realidad, cómo llegamos a ella?…”
“No es saludable pedirnos, lo que no sabemos aún; pero sin embargo lo hacemos, y nos reprochamos que no lo hemos conseguido; o procrastinamos; o lo proyectamos; o nos bloqueamos; y no vemos la salida de esta situación, “somos así”, “la gente no cambia”, “no hay solución.””
Sí, hay solución
Con las técnicas psicoterapéuticas y energéticas, te guiaré durante tu proceso terapéutico facilitando: entenderte, comprender, aceptarte, responsabilizarte de tu malestar (en contraposición a sentirte culpable por ello); dando sus frutos en poner y llevar a la práctica lo que te ayuda a mejorar y conseguir tu propio bienestar, mejorar tu calidad de vida y disfrutar de lo que la vida te da y ofrece, en definitiva
“aprenderás a llevar a la práctica, el ser más feliz”
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